De las bizarraces lingüísticas más curiosas que me he encontrado en mis andanzas, quizá el caso de las aceitunas y el aceite de oliva es de las que más me gustan. Pues bien. Antes que nada vamos a quitarle el suspenso. Aquí los conceptos: —aceituna es un palabra de origen arameo/árabe. Es el fruto del olivo. —aceite es una palabra de origen arameo/árabe. Se refiere a un líquido graso obtenido de algunas frutas, semillas o incluso animales Como podrán notar, aceite y aceituna están vinculadas, y la palabra aceite, de origen, se refiere al aceite de oliva. Aquí es donde todo se pone bonito. Mientras que en italiano al liquido graso se le llama olio, y al fruto se le conoce como olive, en español no llamamos olivas a las aceitunas excepto cuando decimos aceite de oliva y sin embargo, es raro llamar aceituno al olivo. En italiano es relativamente normal llamarle olive y olio, porque evidentemente ocupan el término Latín: óleum, para el aceite, y oliva, para el fruto. Y bueno, no es una sor
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