Domingo APRH Una agradable sensación festiva ocupa el lugar de la habitual angustia dominical. Mañana no habrá clases, pero igual iremos al convivio de la escuela, comeremos dulces y jugaremos a espantar a las niñas. El mercado está inundado en flores amarillas y calaveritas de azúcar. Puedo ver en las caras de otros niños la misma felicidad que siento yo. Hoy es de esos domingos que no saben a domingo. Me gusta el humor que tiene mamá; creo que se levantó de buenas. Casi siempre está ocupada o cansada, pero hoy no, hoy es un buen domingo. —Mamá, ¿me compras una calaverita de azúcar? —¿Qué haremos si no encuentro más barata la flor? Ni pensar en ir al otro mercado, tu abuela nos mata si llegamos tarde. —Oye, ma... ¿me compras una calaverita? —Ni modo, tendremos que pagar este precio de robo. Ten, Luis, para tu calaverita. —¿Puedo llevarle una a mi hermano? —Sí. Justo...
pensamientos, dudas, pesquisas, inferencias, datos curiosos, poemas y escritos...