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Trump y AMLO, ¿son iguales?

Mexicaneidad, Ciudad Juárez. https://flic.kr/p/TBT1D3


El discurso de Trump es idéntico al de AMLO. La diferencia es que uno es un magnate gringo convicto, y el otro un aprendiz de cura que se unió al PRI de Echeverría. Me explico y al mismo tiempo no explico nada. Veamos:

Vagaba por la red y me encontré una imagen con texto en español comparando a Trump con Hitler. Trump fácilmente entra en este saco comparativo porque es parte de un imperio mundial y una potencia militar. Su discurso flamígero y enérgico y burlón tono, lo alejan del escenario parsimonioso y cansino de algunos líderes tropicales. Entonces, las pasiones del vulgo se incendian y todos inmediatamente lo comparan con Hitler; no con aquel que llevó al mundo a una crisis espectacular, al menos no en sentido estricto, sino cono aquel Hitler temprano que quería transformar Alemania y terminó por transformar al mundo. Y las comparaciones no son gratuitas. Sobre todo cuando su mano derecha, el flautista de Hamelin –que quiere mandar a sus ratas hasta Marte– y multimillonerio y magalómano, Elon Musk, saluda romanamente, impávido y sonriente, a la muchedumbre que con vítores le devuelve el saludo. Cuando algunos comparamos a AMLO con Hitler o con Musolini, la primer reacción fue de exageración, de crítica, de locura (Los reyes tRaumaturgos). Una comparación tonta, reduccionista, simple, estúpida, de traidores, de insolentes, que mide la gravedad del asunto, y palabras más, palabras menos, decían:«él nunca ha perseguido a nadie, ni ha hecho campos de concentración» (e.g. Desfigurando la verdad).

Y con justamente, quizá, tenían razón. Pero seamos sinceros, tampoco Trump mantiene campos de exterminio...lo de la persecusión...híjole, es que uno y otro, sí hay perseguido a migrantes. El caso es que nunca nadie leía el todo, se quedaban con la forma. Los moditos, diría el divo de Macuspana. Y es que algunos no hablaron del Hitler o del Musolini tardíos, no, sino de aquellos en sus primeras etapas de transición hacia la hecatombe (Los peatones de la historiaEl huevo de la serpiente; y uso el ejemplo de Sicilia, porque fue una voz poderosa que lo dijo más recientemente En el espejo de Hitler). Claro que, una cosa es esto y otra cosa es que ocurra aquello. Y a esto llamamos elucubración histórica, como a la primero llamaríamos historia comparada. 



Desde que AMLO llegó, lo mismo que se dice de Trump se le puede aplicar a AMLO, sólo que a nivel local (nacional), no internacional, y con los matices propios de la cultura política mexicana, el tropicalismo que nos caracteriza y enmarcado en el mundo del siglo XXI. 

  • Ganó las elecciones democráticamente, 
  • Le ayudó al mejor propagandista/millonario de México (no a uno, a varios), pero dejémoslo en Epigmenio Ibarra / Jesús Ramírez Cuevas y Carlos Slim / Alfonso Romo.
  • Buscó la autarquía apelando a la nacionalidad mexicana (aunque en los hechos terminó por aceptar que las remesas mantenían al país junto con el turismo) y entonces creó un tren para el turismo y llamó héroes a los migrantes, mientras construía estaciones migratorias en la frontera norte que eran como cárceles, o campos de concentración, y en el sur, desplegó a una fuerza militar (luego de pláticas con Trump) para contener a los migrantes de Centro y Sudamérica, y que llamó Guardia Nacional, que ahora está adscrita a la Sedena y tiene mando militar.
  • Los estados no hicieron nada para no contrariarle porque cada cacique tenía una cola muy larga que le podían pisar...y es que aumentó tanto el gasto militar que puso en la bolsa de los favores a los milicos, regalándoles consesiones portuarias marinas y áereas, hoteles, tierras, trenes, etc. Con el ejército detrás de AMLO, prácticamente nadie quiso meterse en problemas con él ni su gobierno, y quienes lo hicieron eran vapuleadoso estigamatizados desde las conferencias mañaneras acusados de adjetivos que pronto de convirtieron en epítetos asociados a lo «malo», como fifí, conservador, adversario, oposición, etc.
Claro que para entender algunas realidades, debemos aceptar que hay realidades construidas, realidades percibidas y simplemente realidades. Los parecidos, aterradores entre el discurso Trumpiano y el discurso de AMLO, y obviamente de sus propagandistas, con las llamadas «Diez estrategias de manipulación mediática» falsamente atribuídas a Chomsky. Las estrategias fueron publicadas originalmente en un blog de 2002  (https://www.syti.net/Manipulations.html) y luego alguien dijo que se basaban en un documento secreto de 1979 (https://www.syti.net/GB/SilentWeaponsGB.html). Convenientemente publicado en el mismo blog. Luego a alguien se le ocurrió decir que todo lo había publicado Chomsky, pero como un ángel del internet apuntó, es imposible atribuirle a él dichas estrategias (https://noam-chomsky.tumblr.com/post/683478543865348096/the-list-of-10-strategies-of-media-manipulation) no sólo porque no se parecen a nada de la obra de Chomsky sino porque todo parece ser apócrifo y conspiranoico. Entre las realidades, a secas, hay un documento que sí publicó Chomsky, llamado «Media control» (Descarga aquí) que sí habla de estrategias en los medios de comunicación para control de masas, pero en todo el texto no se dictan estas 10 estrategias famosas. Entre que son peras y manzanas, apelando al Magister Dixit, lo que sí puede hacerse es citar al famoso lingüista para continuar con la sospecha que nos mantiene leyendo esta publicación, cuyo autor, de forma azarosa y totalmente caprichosa, decidió crearle una microhistoria tangencial para vincular a ambas figuras del espactáculo político. Y entonces, dice Chomsky, hablando de un gringo de apellido Lippmann:

So we need something to tame the bewildered herd, and that something is this new revolution in the art of democracy: the manufacture of consent (Chomsky, 1991)

  • El objetivo de AMLO siempre fue hacer México grande de nuevo, aunque su lema de campaña no era así, pero su visión de México era como aquella de la que veníamos huyendo, los sesenta y setenta, el milagro mexicano, la nacionalización, el petróleo eterno, la época de los trenes (pero no de Porfirio, obvio, porque ese wey es como el FeCalHin del siglo XIX, no, no, los trenes más bien de Cárdenas); el pueblo bueno, la solidaridad, y...entonces parecía que su discurso se parecía más al de Salinas que al de Lázaro o Madero, gobernando como Echeverría para acabar en un Obradorato, porque lo que ahora vivimos no es un Maximato. Me explico. Los cristeros, me parece, hoy en día ya no son un problema, ahora el Estado va contra los narcos. Y ¿quiénes son los narcos? Uy, pues esta es un pregunta interesante. Oswaldo Zavala dice que los çarteles ni existen. Pero de algún modo, esos señores feudales, esos «narcos», no sólo controlan la iglesia, también los narcóticos, el aguacate, las tienditas, los puertos, ¡todo!
  • AMLO también identificó a los culpables. Les llamó traidores a la patria, en las mañaneras estigmatizó a medio mundo, a los doctores, al poder judicial, a las mujeres (¿a las mujeres? Sí, no a todas, no, sólo a las que estaban en su contra porque el señor resultó machista y conservadores y religioso. Resulta que su idea de mujer buena, «pueblobueno», es aquella idea cristiana-católica de que la mujer debe estar en la casa para atender al marido, las hijas deben cuidar al papá, y bueno...resulta que las feministas eran más bien como las brujas que perseguía el Santo Oficio.), declaró que los papás de niños con cáncer y las madres buscadores estaban en contra de su gobierno, que los zapatistas no entendían la transformación, en fin, que si no estabas con él, estabas en su contra, y como él se creía el pueblo (un poquito a la Luis XIV y sus Estado soy yo), entonces estabas contra el pueblo, y si estabas contra el pueblo estabas contra México y entonces eres un traidor a la patria.
  • Y sí, AMLO también ha sido acusado de cometer crímenes, y ahora con las reformas al poder judicial, es muy posible que no se le juzgue, tanto como él no quiso juzgar a ningún presidente; pero cada día les echaba la culpa a los expresidentes de todos los males del país.
Curioso que en el federalismo mexicano, en esta «república», la voz de una sólo persona, y sus acciones por supuesto, tengan tanto poder y peso...hasta parece una monarquía ¿no? ¿O un estado absolutista? ¿Una dictadora perfecta? ¿Un despotismo? Bueno, en un futuro no muy lejano, habrá quien le eche la culpa a él de todo lo jodido que pasa en México y por supuesto habrá siempre un grupo amplio que lo adore. Y es que incluso en sus mañaneras confesaba crímenes (leves, pero crímenes e irregularidades al fin y al cabo) pero siempre diciendo mentiras y apelando al sentimiento popular, decía que era el más moralmente superior y el más humilde de entre los humildes (un oxímoron, lo se, pero que nadie nunca criticó), y con esto se libraba de todo y se le exculpaba. ¡Ay, nuestro presidente! Tan bueno que es, si hace eso es porque lo hace por nuestro bien y tiene buenas intenciones. Sí claro, se pasó la ley por el arco del triunfo al mismo tiempo que para tomar posesión como presidente juró defender la constitución y penas pudo, la transformó como quiso para su beneplácito.
  • Y efectivamente, AMLO no llegó de la mano de la derecha (bueno, encuentro social era/es uno de los partidos más conservadores de México, y el Verde Ecologista, el menos ecologísta de los partidos verdes, pero eso sí, el más villamelón y ruin de todos los partidos mercenarios, entonces no estaría muy seguro si en verdad llegó de la mano de izquierda o si más bien llegó de la mano de la derecha más convenenciera -o sea, el centro- pero obviamente con el apoyo de múltiples izquierdas que creyeron en su proyecto), pero desactivó la lucha social en un país herido que nunca obtuvo justicia y sólo le regalaron más años de esperanza y terminó traicionando los ideales de la «izquierda» en pos del pragmatismo electoral. Ese que ha hecho posible que medio PRI, medio PAN, y medio PRD, fueran arropados y bautizados en la secta Morenista. perdonándoles sus viejos pecados, al mismo tiempo que toleraría los nuevos siempre y cuando fueran pecados dentro de la secta, como compas, ya no como "adversarios". 

No, no se les ocurra comparar a AMLO con Hitler o Musolini, cómo creen, es absurdo. Pero vayan y vean la paja en el ojo ajeno de un histriónico Trump para nunca ver, por más que les pese, la viga que llevamos cargando por décadas de pudrición política mexicana, narco y necropolítica mexicana.


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