A algunos no les gusta ver la serie de Marco Polo porque esperaban que Kablai Khan fuera un tirano salvaje come niños que impusiera su voluntad en el mundo de trogloditas [obvio] del Lejano Oriente, y que porque creían que Marco Polo además de ser un comerciante [y ya] también tenía que mostrar el refinamiento de Occidente entre los mongoles, y mostrarlo con el carisma de Bruno Díaz mezclado con la enjundia de Bruce Wilis
A algunos no les gustó La Pasión de Cristo de Mel Gibson que porque hay mucha sangre en el linchamiento de Jesús, y que además entre que leían los subtítulos para entender el arameo y evaluar la actuación, no esperaban ver a los grandes Romanos ser tan salvajes. Se puso el grito en el cielo y Apocalypto dio al traste mostrando salvajes comeniños sacrificnado prisioneros como si estuvieran sirviendo tacos de pastor, aunque los pastores llegaran después en un barquito.
Y a algunos nos gusta ver películas de acción hollywodenses filmadas en la Ciudad de México [o el país entero], onda James Bond y su carnaval de muertos que dejó como legado a la ciudad, o Godzilla y sus puestecitos decimonónicos de frutas, donde vendían ciruela, chabacano, melón o sandía [o el país entero], y una población que suele tener muy buen corazón pero también son criminales en potencia, pobres e ignorantes y que, en general se han convertido en el "nuevo negro" de las películas, o sea, el cuate que es bien buena onda pero que matan al principio. Después de Obama creo que ya no pasa eso. Errr, estee, ah si, decía que vemos esas películas sólo por el puro morbo de ver las locaciones y ver cómo se imaginan los extranjeros a los mexicanos, ya saben, el estereotipo que va desde Speedy González a Panchito Pistoles [si, sí Pancho Pistolas] en los Tres Caballeros, siempre y cuando hablen del México de hoy.
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