Sueño de una noche de otoño, cuando el pasado se va y se olvida.
De la revolución mexicana malograda y las ideas de Keynes, a Lázaro, el lazarillo; u Ordaz, el asesino.
Pudimos tener un red de trenes que recorrieran el país; la tuvimos.
Pudimos tener un plan maestro de crecimiento del metro, proyectadas 15 a 21 líneas que recorrieran toda la ciudad; ¿lo tenemos?
Pudimos tener un sistema de transporte colectivo de autobuses, con 100 rutas fijas, paradas fijas, regulados, todos del mismo color; ¿para qué?.
Pudimos tener a una policía de tránsito honesta, eficiente, respetada, hasta con su propia película y sus motos harley davidson; la policía existió, la película existe.
Tuvimos dos aerolíneas nacionales de prestigio y renombre; una fue quebrada, la otra ninguneada.
Pudimos tener un aeropuerto cerca de la ciudad, pero fuera de ella; lo tuvimos.
Pudimos tener un lago, ríos, paseos arbolados, comida única de la cosecha del agua; tuvimos todo.
Pudimos ser un distrito federal; lo fuimos.
Pudimos ser el ombligo del mundo, la ciudad de los dioses, el lugar donde se hacen cantos y danzas; el Anáhuac. Todo, lo fuimos.
Dejamos de ser y dejamos perder. Preferimos parecernos a eso que nadie sabe cómo es que llamamos "primer mundo". Nos dejamos seducir por el progreso o esa idea rara de progreso que quizá vimos en la televisión, o cuando escuchamos al pelón. Años intentándolo. Sin éxito. Atole con el dedo, nos la tragamos toda. Entre cuentos de aquel que anduvo con Montenegro y el peso se devaluó, y el tonto que con la Gaviota se casó.
Pero no teman amigos, que no haga el otoño a sus ilusiones, lo que hace a las hojas de los encinos. México ahora si será una potencia, aunque francamente no se lo que eso sea.
De la revolución mexicana malograda y las ideas de Keynes, a Lázaro, el lazarillo; u Ordaz, el asesino.
Pudimos tener un red de trenes que recorrieran el país; la tuvimos.
Pudimos tener un plan maestro de crecimiento del metro, proyectadas 15 a 21 líneas que recorrieran toda la ciudad; ¿lo tenemos?
Pudimos tener un sistema de transporte colectivo de autobuses, con 100 rutas fijas, paradas fijas, regulados, todos del mismo color; ¿para qué?.
Pudimos tener a una policía de tránsito honesta, eficiente, respetada, hasta con su propia película y sus motos harley davidson; la policía existió, la película existe.
Tuvimos dos aerolíneas nacionales de prestigio y renombre; una fue quebrada, la otra ninguneada.
Pudimos tener un aeropuerto cerca de la ciudad, pero fuera de ella; lo tuvimos.
Pudimos tener un lago, ríos, paseos arbolados, comida única de la cosecha del agua; tuvimos todo.
Pudimos ser un distrito federal; lo fuimos.
Pudimos ser el ombligo del mundo, la ciudad de los dioses, el lugar donde se hacen cantos y danzas; el Anáhuac. Todo, lo fuimos.
Dejamos de ser y dejamos perder. Preferimos parecernos a eso que nadie sabe cómo es que llamamos "primer mundo". Nos dejamos seducir por el progreso o esa idea rara de progreso que quizá vimos en la televisión, o cuando escuchamos al pelón. Años intentándolo. Sin éxito. Atole con el dedo, nos la tragamos toda. Entre cuentos de aquel que anduvo con Montenegro y el peso se devaluó, y el tonto que con la Gaviota se casó.
Pero no teman amigos, que no haga el otoño a sus ilusiones, lo que hace a las hojas de los encinos. México ahora si será una potencia, aunque francamente no se lo que eso sea.
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