“¿Acaso de veras se vive en la tierra? No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.” —Nezahualc óyotl ““ni aun así debía tenerse por grande el honor humano, pues es humo sin peso alguno” — Agustín de Hipona V.17 Hablando de historia comparada, lo que estamos presenciando ahora es la división de facto del Imperio estadounidense. Uno en Occidente (los propios EE. UU.) y otro en Oriente (el reino de Israel). En cierto sentido, hay dos emperadores estadounidenses: estamos en una Diarquía (otra vez). Porque, seamos honestos: Israel tiene más privilegios y mejores beneficios que cualquier otra provincia del Imperio Occidental (los estados), y Netanyahu, siendo presidente, posee más poder y prerrogativas que cualquier otro político o gobernador estadounidense, convirtiéndose de facto en un César de segunda (todavía no Augusto —posiblemente, una vez que el “ Gran Israel ” se consolide, hasta podríamos entrar en una Tetrarquía, aunque lo dudo mucho). Y así, los do...
Los arqueólogos solemos encontrar rastros de lo que la gente cultivaba hace miles de años: granos carbonizados, semillas chamuscadas, pedacitos de madera. En un estudio reciente liderado por Simone Riehl —en el que participé con análisis espaciales que dieron como resultado unas bonitas interpolaciones— analizamos más de 1,500 restos de uva y olivo del Levante y el norte de Mesopotamia, fechados entre la Edad del Bronce y la del Hierro. ¿El resultado? Que cuando el clima se ponía difícil y el agua escaseaba, las comunidades antiguas hicieron hasta lo imposible para que la vid sobreviviera. Es decir: antes se quedaban sin aceite que sin vino. El análisis isotópico mostró que las uvas recibían más cuidados e irrigación que los olivos. En otras palabras, había una clara prioridad cultural y económica: el vino no podía faltar, aunque hubiera sequía. Así que sí: parece que a nuestros ancestros les gustaba más asegurarse la borrachera colectiva que la ensalada bien aderezada. Y gracia...