Cuando se vive en una burbuja, a simple vista impenetrable, suele suceder que cualquier intromisión represente un peligro para sus adentros. Tal vez la percepción de las cosas nos hagan vacilar, tal vez la experiencia personal nos aterrice cruelmente, tal vez la interpretación de lo que vemos nos plantee situaciones de lo más variadas. No lo se, quizá solo sea que nuestra imaginación revolotee en lo alto de un monte y nos impida tocar tierra alguna vez.
Probablemente en unos años se invente el “realometro” y podamos diferenciar entre un hecho más o menos real y otro que no se acerca en lo mínimo a eso que se llama Realidad, pero aun cuando se inventara dicho ingenio, ¿podrán coincidir las realidades de cada uno, aun cuando cada uno ve su propia realidad, tan real como cualquier otra?
Y entonces la burbuja es una abstracción de lo que vemos y de lo que no vemos. Es un lente cóncavo y convexo, es una esfera de adentro hacia fuera y viceversa. Una vez más, aterricemos. Cuando miramos desde cualquier punto hacia adentro de la burbuja para conocer algo sobre lo que adentro se encuentra, es como mirar por una lente convexa que dirige nuestra atención a un punto específico de eso que vemos. Para poder verlo en su totalidad, sería necesario colocarnos en las miles de posiciones que nos plantea una esfera, por decir algo, 360 grados por los 360 grados en latitud y otros 360 en longitud, algo así como 46456000 puntos donde podemos ver (pero el ser humano dividió al círculo en 360 partes y entre cada parte indudablemente habría muchas partes más, un ejempo de ello aunque impreciso dada la tesis de la burbuja, serían las miles de partículas subatómicas como los quarks que seguramente habría entre cada espacio) y solo teniendo la perspectiva total, podremos ver la totalidad del objeto. Pero esto solo es el primer paso, pues el objeto no es de ninguna forma como lo vemos ni mucho menos es reflejo de lo vemos, el objeto dentro de la burbuja es una burbuja en si mismo en tanto que él también puede vernos. Pero el no quiere vernos, el ve lo que ve, y algunas veces quizá estemos en su plano visual, por lo demás, estemos seguros de que para saber cómo es o cómo es que él ve, debemos verlo como totalidad y ver la totalidad que el ve, en una lente inversa a la que nosotros le vemos. Es decir, su visión es divergente pues el vive en su burbuja, adentro, de tal forma que su visión es en gran medida universal pues nunca enfoca en un punto en particular. Pero sólo los seres vivos pueden ver desde dentro de su burbuja, porque, y sólo hipotéticamente (con base en mis vivencias personales y los fenómenos y teorías percibidas), los seres inanimados u objetos sin vida, no ven desde dentro de su burbuja sino que sólo ellos poseen “el conocimiento” de cómo se relacionan con los demás.
Y por supuesto, esto es un gran problema puesto que además de mirar adentro, debemos mirar afuera. Entonces, cómo podremos ver esa burbuja que contiene la diversión en el siglo XVI en México, de los pueblos indios? Cómo podremos obtener la panóptica del interior de la burbuja y luego del interior hacia el exterior de la misma? Pero no hay de qué preocuparse, no al menos del territorio y la época susodicha, en esta ocasión sólo se hablará de la diversión y del lugar donde reside.
Tal vez, algunos de ustedes se pregunten, bien, pero ¿qué es la burbuja? Bueno, la Burbuja está en el entramado de las relaciones sociales, la esfera terrestre, África o Zaire, México o la colonia de allá y de acá. Un niño o su familia. La burbuja por todos lados, la burbuja en el arte, la burbuja en la ciencia, la burbuja en una plática casual. Bueno, pues la burbuja es aquello que envuelve a cada cosa que vemos, que podemos conocer (incluidos los quarks, y todo lo que no vemos ni pensamos que puede existir pero existe). A veces a la burbuja se le llama contexto, aunque no es el mejor término para referirnos a todo lo que la burbuja implica. Otras de las veces la cosmovisión desplaza nuestra atención y dejamos de ver la burbuja; otras veces el emic y el etic; otras muchas el eurocentrismo; en fin, lo realmente importante es lo que implica la burbuja.
Exempli gratia, la burbuja se rompe, esa delgada película que no es de jabón, se rompe: el efecto de sus lentes se desvanece; las visiones de uno y de otro lado se tornan difusas pero no dirigidas, aunque dado el cambio podríamos suponer que eso es normal y tal vez con el tiempo la percepción sea nítida, tal vez el efecto difuso resulte evanescente. Ahora, la barreras de las experiencias, las vivencias, las percepciones del cosmos, de las culturas y su propio dinamismo histórico, ¿son acaso la nueva película que transforma el estudio de los Todos? Inmediatamente, casi al instante de su rompimiento, otra burbuja aparece y al final nunca deja de haber burbujas.
Miles de años pasaron para que nos imaginaramos a las burbujas y su relación con los Todos. Pero aun los griegos y su átomo, el Marx joven y las pompas de jabón de los dibujos animados de Disney, ya encerraban la irresistible necesidad de explicar cómo es que no podemos conocer nada. El posmodernismo actual adopta una actitud cómoda y nos dice que todos podemos conocernos como sea. La burbuja, no es la tesis de la verdad sobre el conocimiento del Todo o los Todos, empero, si la hipótesis que plantea una esfera que envuelve a cada una de las cosas que podemos conocer, y que gracias (o a pesar de) su efecto de lente, impide que podamos conocer el todo de la Cosa.
Probablemente en unos años se invente el “realometro” y podamos diferenciar entre un hecho más o menos real y otro que no se acerca en lo mínimo a eso que se llama Realidad, pero aun cuando se inventara dicho ingenio, ¿podrán coincidir las realidades de cada uno, aun cuando cada uno ve su propia realidad, tan real como cualquier otra?
Y entonces la burbuja es una abstracción de lo que vemos y de lo que no vemos. Es un lente cóncavo y convexo, es una esfera de adentro hacia fuera y viceversa. Una vez más, aterricemos. Cuando miramos desde cualquier punto hacia adentro de la burbuja para conocer algo sobre lo que adentro se encuentra, es como mirar por una lente convexa que dirige nuestra atención a un punto específico de eso que vemos. Para poder verlo en su totalidad, sería necesario colocarnos en las miles de posiciones que nos plantea una esfera, por decir algo, 360 grados por los 360 grados en latitud y otros 360 en longitud, algo así como 46456000 puntos donde podemos ver (pero el ser humano dividió al círculo en 360 partes y entre cada parte indudablemente habría muchas partes más, un ejempo de ello aunque impreciso dada la tesis de la burbuja, serían las miles de partículas subatómicas como los quarks que seguramente habría entre cada espacio) y solo teniendo la perspectiva total, podremos ver la totalidad del objeto. Pero esto solo es el primer paso, pues el objeto no es de ninguna forma como lo vemos ni mucho menos es reflejo de lo vemos, el objeto dentro de la burbuja es una burbuja en si mismo en tanto que él también puede vernos. Pero el no quiere vernos, el ve lo que ve, y algunas veces quizá estemos en su plano visual, por lo demás, estemos seguros de que para saber cómo es o cómo es que él ve, debemos verlo como totalidad y ver la totalidad que el ve, en una lente inversa a la que nosotros le vemos. Es decir, su visión es divergente pues el vive en su burbuja, adentro, de tal forma que su visión es en gran medida universal pues nunca enfoca en un punto en particular. Pero sólo los seres vivos pueden ver desde dentro de su burbuja, porque, y sólo hipotéticamente (con base en mis vivencias personales y los fenómenos y teorías percibidas), los seres inanimados u objetos sin vida, no ven desde dentro de su burbuja sino que sólo ellos poseen “el conocimiento” de cómo se relacionan con los demás.
Y por supuesto, esto es un gran problema puesto que además de mirar adentro, debemos mirar afuera. Entonces, cómo podremos ver esa burbuja que contiene la diversión en el siglo XVI en México, de los pueblos indios? Cómo podremos obtener la panóptica del interior de la burbuja y luego del interior hacia el exterior de la misma? Pero no hay de qué preocuparse, no al menos del territorio y la época susodicha, en esta ocasión sólo se hablará de la diversión y del lugar donde reside.
Tal vez, algunos de ustedes se pregunten, bien, pero ¿qué es la burbuja? Bueno, la Burbuja está en el entramado de las relaciones sociales, la esfera terrestre, África o Zaire, México o la colonia de allá y de acá. Un niño o su familia. La burbuja por todos lados, la burbuja en el arte, la burbuja en la ciencia, la burbuja en una plática casual. Bueno, pues la burbuja es aquello que envuelve a cada cosa que vemos, que podemos conocer (incluidos los quarks, y todo lo que no vemos ni pensamos que puede existir pero existe). A veces a la burbuja se le llama contexto, aunque no es el mejor término para referirnos a todo lo que la burbuja implica. Otras de las veces la cosmovisión desplaza nuestra atención y dejamos de ver la burbuja; otras veces el emic y el etic; otras muchas el eurocentrismo; en fin, lo realmente importante es lo que implica la burbuja.
Exempli gratia, la burbuja se rompe, esa delgada película que no es de jabón, se rompe: el efecto de sus lentes se desvanece; las visiones de uno y de otro lado se tornan difusas pero no dirigidas, aunque dado el cambio podríamos suponer que eso es normal y tal vez con el tiempo la percepción sea nítida, tal vez el efecto difuso resulte evanescente. Ahora, la barreras de las experiencias, las vivencias, las percepciones del cosmos, de las culturas y su propio dinamismo histórico, ¿son acaso la nueva película que transforma el estudio de los Todos? Inmediatamente, casi al instante de su rompimiento, otra burbuja aparece y al final nunca deja de haber burbujas.
Miles de años pasaron para que nos imaginaramos a las burbujas y su relación con los Todos. Pero aun los griegos y su átomo, el Marx joven y las pompas de jabón de los dibujos animados de Disney, ya encerraban la irresistible necesidad de explicar cómo es que no podemos conocer nada. El posmodernismo actual adopta una actitud cómoda y nos dice que todos podemos conocernos como sea. La burbuja, no es la tesis de la verdad sobre el conocimiento del Todo o los Todos, empero, si la hipótesis que plantea una esfera que envuelve a cada una de las cosas que podemos conocer, y que gracias (o a pesar de) su efecto de lente, impide que podamos conocer el todo de la Cosa.
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