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Verdades ficticias o las enseñanzas de Sherlock y la Fundación

Antes de terminar con la trilogía de la Ubicuidad, quisiera abordar el caso de Sandino Bucio porque creo que la situación caótica que enfrentamos como mexicanos lo amerita. El caso de Sandino Bucio es ejemplar en muchos aspectos y como ya se ha hablado de él en diversos medios y se han hechos algunos textos sobre él, prefiero no abundar en lo que ya todo mundo trae de boca en boca (sólo dejo un link a uno de los comentarios más honestos que he leído y con el que comulgo parcialmentehttps://www.facebook.com/alonso.tinoco.16/posts/798533520189981 lean, si pueden, también los comentarios, la publicación es pública así que no debería de haber problemas para visualizarla).
Entonces, para mostrar que el caso de Bucio es ejemplar, traigo a colación a un levantado antes de los levantados.
¿Recuerdan al chavo de filos que un día desapareció sin dejar rastro salvo por su bici estacionada en filos? Días después apareció muerto en el Ajusco. Su nombre era Pável González.
El 19 de abril de 2004, Noel Pável González González desapareció, dejando su bicicleta en las instalaciones de la facultad de Filosofía y Letras. El viernes 23 de abril, se levanta el acta de desaparición ante C.A.P.E.A. Ese mismo día por la tarde fue encontrado su cuerpo sin vida, colgado en una cruz en el Pico del Águila, en las inmediaciones del cerro del Ajusco. Las lesiones en el cuello, compatibles con una mecánica de ahorcamiento y las letras EDNA-ZMASH con una esvástica en la parte posterior de la cruz fueron elementos que, en la investigación hecha por la Liga Mexicana por los Derechos Humanos, marcaron la pauta para relacionar los hechos con grupos de extrema derecha que operan (¿u operaban?) en la UNAM [datos de Wikipedia en el artículo Pável González].
El cuerpo de Pável presentaba indicios de maltrato físico, violación, tortura y un golpe en la cabeza, que le causó la fractura craneal. Se le encontró ahorcado y sujetado en una cruz de madera de tres metros, según datos de La Jornada del 27 de abril de 2004. Las investigaciones al respecto apuntan a pugnas entre las facciones internas de la UNAM, por el control de la misma. A pesar de un correo electrónico que rezaba "En contra de esos pinches zapatistas. A se alejan o sigue Apocalipsis. Los del café, los de las ridículas caravanas (nombre de varios estudiantes) Sigan de pinches zapatistas y ya verán […]".
Falleció a los 21 años de edad. A raíz de su asesinato, sus familiares y amigos forman el "Comité Pável González: contra el olvido y la impunidad". La obra de teatro documental "Mujeres de Arena" de Humberto Robles está dedicada a Pável González.
¿A qué voy con esto? El caso de Sandino es ejemplar porque en principio, los hechos de secuestro se dan en un área pública con testigos, existe un video y se logra una movilización rápida y efectiva que permite la liberación de Sandino Bucio. El día siguiente, luego de que fue absuelto por "falta de pruebas", ya libre, se publican fotos donde aparece arrojando proyectiles en una manifestación, las fotos son publicadas por las autoridades que lo secuestraron un día antes.
Y entonces, preguntas básicas y de sentido común afloran ¿por qué las autoridades lo dejan libre y no presentan las pruebas que lo mantendrían en prisión? ¿Cuál era el plan? Ahora que lo pienso, el plan era, en efecto, como muchos apuntan, usar un conejillo de indias para desprestigiar un movimiento. Sandino ha sido una víctima de las puestas en escena con las que actúa el estado mexicano, porque si lo querían secuestrar y tal vez levantar como a Bryan Reyes Rodríguez y Jacqueline Santana López, miren que ellos aún no salen de prisión y la única razón por la que siguen "vivos", es porque de los tres que pretendían levantar, uno logra escapar, Ulises Chávez Trejo, y porque al haber sido un hecho irregular y criminal, un elemento de la Policía Preventiva del Distrito Federal escuchó el llamado de auxilio y arrancó su camioneta, rebasó al Tsuru y al Chevy y ordenó a los conductores detenerse, quienes se identificaron como policías federales, por lo que la patrulla se fue (según información de Revista Proceso)..
Ahora bien, ¿por qué el estado está secuestrando estudiantes? ¿Qué nos enseña el caso de Pavel y de Sandino? ¿Y qué hay de Bryan o Jacqueline? Y ahora ¿qué pasa con David Flores Ceja, egresado de la licenciatura en QFB, que actualmente estaría cursando maestría en Ciencias Bioquímicas de la UNAM pero que está reportado como desaparecido desde el 27 de noviembre?
Para desaparecer a una persona no se necesita un show como el que protagonizó Sandino, y sabemos que antes de los 43 de Ayotzinapa, existen los 31 de Cocula, y sabemos que Pável desapareció sin dejar rastro igual que David, y sabemos que de no haber sido por la patrulla "entrometida" quizá Bryan o Jacqueline estarían con paradero desconocido al igual que los más de 20 mil desaparecidos oficiales desde que Felipe Calderón decidió declarar la guerra contra el narcotráfico; que dicho sea de paso, en su momento fue apoyada por el PRI y hoy, ese mismo ex presidente, es acuchillado por la espalda por el mismo partido que lo apoyó para su guerra alegando que los problemas que enfrenta el presidente Peña Nieto son secuelas de la guerra “absurda” de Calderón (La Jornada - http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2014/11/29/201cestamos-viviendo-las-secuelas-de-su-absurda-guerra201d-cesar-camacho-a-calderon-6103.html .
¿Por qué los policías están secuestrando gente, vestidos de civil, en vehículos no oficiales, sin placas? ¿Por qué miembros del ejército amedrentan a la población estudiantil de Coahuila buscando "activistas"? ¿Por qué están presos los líderes yaquis o Nestora Salgado? ¿Por qué los 11 salieron libres igual que Sandino, pero luego de su libertad, los atacan llamándolos vándalos?
Yo no entiendo cabalmente el poder de la televisión y de algún modo, creo que ni los dueños de las televisoras, lo entienden. Sin embargo, francamente me aterroriza lo poco que se. Porque en verdad son capaces de estelarizar espectáculos impresionantes para sembrar el terror y tapar con un show mediático la anarquía en la que vivimos, y al mismo tiempo son capaces de declararse portadores de la verdad y profesarla a millones de fieles televidentes en un intento irracional, impulsivo y casi fanático de culpar a terceros de terroristas y anárquistas, culpables de la incertidumbre cuántica en la que nos tocó vivir.
En resumen, la Televisión es una religión con todo y fieles seguidores, y cada secta es una empresa, y cada empresa comulga con sus propios principios. En el caso de Televisa, ya lo dijo Azcárraga Milmo, su profeta máximo:
 “México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil […] Los ricos, como yo, no somos clientes porque los ricos como yo no compran ni madres […] Nuestro mercado en este país es muy claro: la clase media popular. La clase exquisita, muy respetable, puede leer libros o Proceso para ver qué dicen de Televisa… Estos pueden hacer muchas cosas que los diviertan, pero la clase modesta, que es una clase fabulosa y digna, no tiene otra manera de vivir o de tener acceso a la distracción más que la televisión”
Y ese profeta, en algún otro lugar, confesaría y daría nombre a su dios, a quien ofrendarían todo y por quien todo valdría la pena: “Somos soldados del PRI y del presidente” (citas con información de Proceso - http://www.proceso.com.mx/?p=336733).
México no es Guadalupano, ni Cristiano, ni Católico, las minorías religiosas televidentes, se pueden considerar conversas infieles. México, mayoritariamente es telestiano o tevestiano o televidentiano o como lo quieran llamar.
Y las puestas en escena de desaparición forzada, secuestro, o asesinato, se pueden considerar como sacrificios para mantener al dios, que todo lo hace por amor a México y los mexicanos, en la cima de la gloria y en blancura PRÍstina. No se combate entonces a un régimen político, he ahí el problema. Nos enfrentamos a un caso de enajenación propia de una religión, con la diferencia de que está subyugada a un régimen de creencia mayor y más poderoso que controla los hilos de los profetas, sacerdotes y fieles seguidores. Pienso un poco, sí, como en aquella historia de la Fundación  de Isaac Asimov, donde aparecen los Alcaldes y se crea una religión para controlar a los Cuatro Reinos y pienso sí, que Azcárraga Milmo, haría las veces de Poly Verisof en Anacreonte, y sí, que Anacreonte representaría un reino similar al mexicano. De ahí que, países como el nuestro, he llegado a nominarlos como anacreontianos.
Así las cosas el día de hoy en mi cabeza. Si Sandino no fue crucificado como Pável, es porque así estaba previsto en el ritual Anacreontiano. Eventualmente habrá un Hardin en algún Términus que intente poner orden en esta maraña de incongruencias terrícolas, pero por ahora, el Príncipe Regente Wienis que controla a los Lepold I de cada 6 años, sigue vivo y coleando y con la intentona del poder absoluto sobre nuestro pobre México pobre.



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