29 de Octubre de 2005 - México, Distrito Federal [todavía] - Relato inicial de un cuento sin acabar
Millones de seres pululan por toda la galaxia. Millones de formas en que la materia se transforma. Millones, muchos millones. Sin embargo, no somos capaces, como simples humanos que viven en un planeta que se ha denominado categóricamente como Tierra, de dirigir nuestras miradas al todo. Somos tan pequeños que el universo se ve estático, como una estampa que alguien pegó en el cielo y que podemos ver a detalle con grandes lupas. Somos incapaces de ver cómo respira, de sentirlo, de ver cómo se mueve.
Envejecemos y morimos, cambiamos mientras todo se mueve, pues en verdad todo se mueve, aunque socialmente, humanamente, dejemos de movernos en él. El Sistema en que vivimos no es aquél donde el dinero se acumula, no es ni siquiera ese sistema lleno de polvo y fuego que se aprecia tan perfecto con planetas girando en torno al Sol. Es un sistema que nos mueve sin dejarnos quietos un momento.
El Sistema es único y nunca se sabrá si tuvo algún principio, aunque es probable que el ser humano lo bautizara siendo ignorante del hecho. El Sistema probablemente se transformó para nosotros, nunca nos acoplamos al Sistema. Aunque también es probable que el Sistema nos haya creado, persiguiendo un fin quizá, un fin a muy largo plazo humano. Probablemente nos creó ante la urgencia del cambio acelerado, para él, no para nosotros, nosotros actuaríamos individualmente a pasos acelerados, incluso tan rápidos que ni él mismo puede prever nuestras acciones, sin embargo, no seremos tan rápidos como sociedad, como todo humano, como para evitar ser presas de sus entrañas sistémicas. Y así, moviéndonos, el Sistema nos controla.
En el año de… bueno, en alguna ocasión, crecimos como humanos en cantidad, para el Sistema no éramos tantos, pero previó el crecimiento a futuro y las consecuencias de crecer a cierto ritmo en un momento como el que vivimos, y entonces nos dejó crecer más para evitar destruirnos pues después de todo le éramos muy útiles. Si el Sistema quisiera evitar nuestra presencia en él, es muy probable que ya no existiéramos como especie que somos. Existimos por alguna razón, ignoramos la razón. Ignoramos también las causas que originan los cambios tan repentinos que experimentamos a cada momento. Ignoramos las causas de las crisis, las causas de los cambios. Al fin, son solo cambios. Al fin, solo humanos.
Esta historia relatará la vida contemporánea del humano dentro del sistema en un lapso de tiempo insignificante para el Sistema, pero sumamente agitador para el hombre. Esta historia se desarrolla en algún lugar de un planeta que los humanos llaman Tierra y en un espacio de tiempo en donde el subsistema denominado Capitalismo se cree en transformación total (algunos le llaman a este cambio, crisis; otros, etapa de transición; en realidad no importa mucho). Los actores del relato son humanos y, de hecho, el ser que relata esta historia fue humano alguna vez en su existencia. De alguna forma ha sabido transmitir su historia de forma que podamos entenderlo. La presente compilación de sus relatos, son solo es una transcripción de estos, los originales nunca existieron. Hace ya algún tiempo, diversos escritores comenzaron a publicar diversos relatos que no tenían sentido ya que eran parte de una historia sin comienzo ni fin. El fenómeno se presentó a lo largo y ancho del planeta, era tal la confusión en el mundo entero, que los escritores mismos, daban conferencias tratando de justificar sus escritos.
Millones de seres pululan por toda la galaxia. Millones de formas en que la materia se transforma. Millones, muchos millones. Sin embargo, no somos capaces, como simples humanos que viven en un planeta que se ha denominado categóricamente como Tierra, de dirigir nuestras miradas al todo. Somos tan pequeños que el universo se ve estático, como una estampa que alguien pegó en el cielo y que podemos ver a detalle con grandes lupas. Somos incapaces de ver cómo respira, de sentirlo, de ver cómo se mueve.
"Alejandría", - CC by-nc-sa 4.0 Ishiba RO, Flickr |
Envejecemos y morimos, cambiamos mientras todo se mueve, pues en verdad todo se mueve, aunque socialmente, humanamente, dejemos de movernos en él. El Sistema en que vivimos no es aquél donde el dinero se acumula, no es ni siquiera ese sistema lleno de polvo y fuego que se aprecia tan perfecto con planetas girando en torno al Sol. Es un sistema que nos mueve sin dejarnos quietos un momento.
El Sistema es único y nunca se sabrá si tuvo algún principio, aunque es probable que el ser humano lo bautizara siendo ignorante del hecho. El Sistema probablemente se transformó para nosotros, nunca nos acoplamos al Sistema. Aunque también es probable que el Sistema nos haya creado, persiguiendo un fin quizá, un fin a muy largo plazo humano. Probablemente nos creó ante la urgencia del cambio acelerado, para él, no para nosotros, nosotros actuaríamos individualmente a pasos acelerados, incluso tan rápidos que ni él mismo puede prever nuestras acciones, sin embargo, no seremos tan rápidos como sociedad, como todo humano, como para evitar ser presas de sus entrañas sistémicas. Y así, moviéndonos, el Sistema nos controla.
"Cada loco con su tema", - CC by-nc-sa 4.0 Ishiba RO, Flickr |
En el año de… bueno, en alguna ocasión, crecimos como humanos en cantidad, para el Sistema no éramos tantos, pero previó el crecimiento a futuro y las consecuencias de crecer a cierto ritmo en un momento como el que vivimos, y entonces nos dejó crecer más para evitar destruirnos pues después de todo le éramos muy útiles. Si el Sistema quisiera evitar nuestra presencia en él, es muy probable que ya no existiéramos como especie que somos. Existimos por alguna razón, ignoramos la razón. Ignoramos también las causas que originan los cambios tan repentinos que experimentamos a cada momento. Ignoramos las causas de las crisis, las causas de los cambios. Al fin, son solo cambios. Al fin, solo humanos.
Esta historia relatará la vida contemporánea del humano dentro del sistema en un lapso de tiempo insignificante para el Sistema, pero sumamente agitador para el hombre. Esta historia se desarrolla en algún lugar de un planeta que los humanos llaman Tierra y en un espacio de tiempo en donde el subsistema denominado Capitalismo se cree en transformación total (algunos le llaman a este cambio, crisis; otros, etapa de transición; en realidad no importa mucho). Los actores del relato son humanos y, de hecho, el ser que relata esta historia fue humano alguna vez en su existencia. De alguna forma ha sabido transmitir su historia de forma que podamos entenderlo. La presente compilación de sus relatos, son solo es una transcripción de estos, los originales nunca existieron. Hace ya algún tiempo, diversos escritores comenzaron a publicar diversos relatos que no tenían sentido ya que eran parte de una historia sin comienzo ni fin. El fenómeno se presentó a lo largo y ancho del planeta, era tal la confusión en el mundo entero, que los escritores mismos, daban conferencias tratando de justificar sus escritos.
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